El negocio del Deporte Olímpico:
Oportunidad de Expansión para LatAm?
El inicio de las Olimpiadas de Londres 2012 deja entrever el gran negocio de las transmisiones deportivas y de los patrocinadores corporativos. Con vistas a Brasil 2014 y Río de Janeiro 2016, América Latina se presenta como un mercado en expansión para la industria deportiva
A un mes del inicio de Londres 2012 es difícil establecer qué país espera con más ansiedad el inicio de las transmisiones. ¿Será la Gran Bretaña de David Cameron que, en los diarios, aclara que las Olimpiadas salvarán al país de la recesión? ¿O tal vez sea Francia que, aliviada de no haber sido elegida como anfitriona, mira el espectáculo con alegría? China quiere sobrepasar su record olímpico obtenido en Beijing; eso dependerá de sus atletas. Pero de todos los países es Brasil el que mejor está pasando estos días de excitación pre-olímpica.
No tiene nada que ver con las medallas que pueda conseguir en las competencias de este verano nórdico sino con lo que viene, en términos deportivos y económicos, para el gigante del sur. En 2014 la Fifa llevará a cabo su mundial de fútbol en el país carioca y dos años después las Olimpiadas tendrán lugar en Río de Janeiro. Haber asegurado los dos eventos deportivos más importantes del mundo de manera consecutiva pone a Brasil al frente de la industria deportiva global.
Es una ocasión para celebrar con caipirinhas especialmente si se tienen en cuenta las cifras del negocio de transmisión y del auspicio corporativo. Las empresas están interesadas más que nunca en mercados emergentes y Brasil –Latinoamérica en general- es el más dinámico de todos, con consultores pronosticando crecimientos récord en los próximos tres años. Inclusive en épocas de vacas flacas la industria deportiva es una de las pocas en constante crecimiento. Para 2015 PricewaterhouseCoopers (PwC) estima que el crecimiento anual será de 3,7%.
En el centro del negocio están los derechos de transmisión y el auspicio corporativo. El valor cada vez más alto de los deportes de elite se ha vuelto una commodity. Las audiencias buscan la adrenalina de mirar estos deportes en vivo y las corporaciones se han vuelto sensibles a estos intereses, tratando de auspiciar cada vez más equipos y atletas.
En ese sentido las Olimpiadas se llevan la medalla dorada: en esta ocasión los auspicios serán por US$ 1000 millones. El año pasado Comcast NBC Universal se hizo con los derechos de los Juegos para Estados Unidos hasta 2020 por US$ 4.400 millones.
De alguna manera Internet ha aumentado la demanda de las transmisiones en vivo, lo que representa una verdadera oportunidad para quienes son dueños de los derechos. Aunque esa oportunidad viene con desventajas: Internet ha aumentado la capacidad de llegar a una audiencia más extensa, pero también ha vulnerado los derechos de transmisión. La corrupción es una de las razones por las que la regulación se hace cada vez más necesaria. La Comisión Olímpica Internacional ha tomado un rol más activo en este sentido.
Lamentablemente para los equipos, la regulación también será de sus finanzas, particularmente en el caso del fútbol. Esperan que esto genere un modelo de negocios atractivo en el que, paulatinamente, más empresarios quieran participar. Esto es podría ser importante en los mercados emergentes, en donde la regulación hoy es escasa.
Mientras tanto la audiencia, las empresas y los grandes medios de comunicación se preparan para ver el gran espectáculo deportivo que son las Olimpiadas de verano. Para Brasil 2016 faltan otros cuatro años.
Fuente: Mercado
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